tokonoma japones

El tokonoma y la magia del zen en el hogar

¿Qué es un tokonoma? ¿Por qué el zen se está convirtiendo en uno de los estilos de decoración más solicitados? ¿Qué representa el tokonoma dentro del estilo zen?

Ikebana: el rey del tokonoma

El tokonoma en la ceremonia del té

El estilo zen en el hogar

El zen es una filosofía convertida en arte que conquista los corazones de los hogares. En un momento en el que el estrés inunda los días, el zen en el hogar proporciona el momento de paz que necesitamos al llegar a casa.

El zen emana de la tradición budista. Es una forma de afrontar la vida en la que somos más conscientes de nuestros propios actos y vivimos en conexión con el mundo que nos rodea. Este estilo de decoración proporciona paz interior conquistada a través del equilibrio en los elementos. ¿Te suena?

Basado en el lema que recorre la tradición japonesa “la simplicidad es el camino a la pureza”, el zen recurre a los espacios diáfanos y a la escasez de los elementos decorativos en las estancias. A los colores neutros, a la naturaleza dentro del hogar.

De esta forma, recurre a tonalidades claras y a la inclusión de materiales naturales en la decoración. Madera, piedra, bambú e incluso papel juegan un papel fundamental para conseguir ese equilibrio del hombre con la naturaleza.

La magia de la habitación tradicional japonesa

La habitación tradicional japonesa es conocida como washitsu. Es reconocible por el uso de tatamis y su tokonoma.

La magia del washitsu radica en el zen, en la simplicidad de sus elementos. Así, estas habitaciones nos evocarán a los espacios abiertos y a la naturaleza, con independencia de sus dimensiones. Estas habitaciones destacan por la ausencia de muebles, sin elementos de distracción. Son las estancias donde sus ocupantes se sientan en los cómodos tatamis del suelo.

De colores claros y ventanas, la única decoración que recorre la habitación es la naturaleza exterior que se puede apreciar por sus ventanas. Salvo por el tokonoma. Este elemento será el punto focal de la habitación, evolucionará con el trascurso de las estaciones y estará siempre conectado a la naturaleza exterior. Nos encontramos con habitaciones espaciosas. El ojo recorrerá espacios vacíos hasta llegar a su gran protagonista: el tokonoma.

De esta forma, presenciamos un delicado equilibrio con la naturaleza. El jardín de extramuros se ve reflejado en los contenidos estacionales del tokonoma. Así, el espacio de la habitación se extiende a través de la habitación hacia el vasto mundo exterior. Y entonces…

¿Qué es un tokonoma?

El tokonoma es un pequeño cubículo en el que a modo de altar se concentran los elementos decorativos de una habitación. Estos consistirán en un pergamino desplegable decorativo colgado a la pared (kakemono) y bien un arreglo floral o ikebana o bien un bonsái. Tanto el tokonoma como los objetos contenidos en él son fundamentales en la decoración de una estancia tradicional japonesa. Y decimos que la decoración está dispuesta a modo de altar porque precisamente esa es su raíz. El tokonoma es el heredero de los ancestrales altares budistas en los hogares. Un elemento de más de 500 años de antigüedad.

Como hemos visto, los elementos decorativos del tokonoma son escasos. Esta disposición sencilla permite despejar el campo visual, acaparando el protagonismo cada uno de los objetos. La perspectiva es así limpia, permitiendo admirar el conjunto y las partes de los elementos decorativos sin emborrachar la mirada.

Actualmente el tokonoma ha perdido sus connotaciones religiosas y, sin embargo, sigue siendo uno de los lugares más honorables en un hogar. El tokonoma juega un papel fundamental en la decoración de una habitación típica japonesa, siendo el punto focal de la misma.

Los secretos del tokonoma

¿Dónde situar el tokonoma? El equilibrio en la asimetría. Al contrario de lo que podríamos pensar, el tokonoma no debe situarse justo en el centro de la estancia. Éste debe guardar un punto de asimetría en la habitación, encontrándose desplazado hacia uno de los lados de la pared que lo recoge.

Además, sus elementos: el pergamino y el ikebana o bonsái, según el caso, tampoco deben presentar una línea recta. En nuestro post sobre ikebana ya indicamos la importancia de que el mismo se configurase sobre tres ejes en forma de triángulo escaleno: la comunión entre el cielo, el hombre y la tierra; o entre el sol, la luna y las estrellas. El equilibrio en la entropía de la naturaleza.

sendan tokusa black negro

El atractivo de los elementos del tokonoma destaca también por su carácter efímero. Mientras en los hogares occidentales buscamos elementos decorativos que perduren y lo elegimos por su belleza, por su calidad o por su carga afectiva, los tokonomas son perecederos. Esta fugacidad es fundamental para mantener la conexión con la naturaleza y queda especialmente representada con la presencia del bonsái o del ikebana.

En el caso del ikebana, éstos están elaborados con plantas propias de la época del año, y es su evolución hasta marchitarse la que nos remite al paso del tiempo, a la caducidad de los elementos.

Tokonoma y protocolo

Como vimos en nuestro post sobre la ceremonia del té en Japón, el tokonoma es uno de los elementos principales en una casa del té. Al llegar, los invitados deben pararse a admirarlo como signo de respeto a su anfitrión. Y después deben admirar cada uno de los objetos que lo componen por separado. Sin embargo, como remanente de sus orígenes religiosos, está completamente prohibido pisar dentro de los límites del tokonoma.

Por otra parte, algunas tradiciones apuntan a que la mayor honra que se le puede hacer al invitado más destacado es sentarlo frente al tokonoma, puesto que así tiene la mejor perspectiva del elemento focal de la estancia.

Sin embargo, en otras costumbres diametralmente opuestas se indica que el invitado más honorable debe situarse precisamente de espaldas al tokonoma. Esto es así con base en una muestra de refinamiento y humildad. De esta forma, no parecerá que alardeas frente a tu invitado del contenido artístico del tokonoma. Además, al mirarlo, éste estará situado en el marco del tokonoma, lo que le otorga una posición privilegiada a los ojos del resto de invitados.

¿Quieres crear una estancia zen en tu hogar? Despéjala de cualquier elemento superfluo y crea tu pequeño tokonoma. Será tu remanso de paz y tranquilidad. El lugar al que recogerte para olvidarte del ritmo frenético que recorre tus días.

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